Tipos de piscinas desmontables
Cuando se acerca el verano, es hora de pensar en la manera de pasar los ratos de ocio y calor en casa. Una buena manera de garantizar la diversión y una agradable sensación de frescura, es instalar una piscina.
No siempre tienes el presupuesto ni el espacio necesario para una piscina de obra, que suele ser mucho más compleja de mantener. Por tanto, la mejor opción son las piscinas desmontables, que vienen en diferentes formas y capacidades, pudiendo ser elevadas o enterradas.
Hay modelos que son aptos para colocarlos en una pequeña terraza y otras con una gran superficie, para colocar en un amplio jardín. Aquí te presentamos los distintos tipos de piscinas desmontables y sus características, a fin de que puedas tomar una mejor decisión.
De madera
Se encuentran entre las más demandadas por su gran belleza estética y la facilidad de instalación que ofrecen. Para fabricarlas, se utilizan principalmente maderas que son muy resistentes a condiciones ambientales adversas, como la teca o el pino nórdico, además de que se aplican tratamientos especiales.
Debido a la flexibilidad de la madera, es posible diseñar formas variadas y son sencillas de trasladar al sitio de instalación. Asimismo, es relativamente fácil hacer el cambio de piezas cuando alguna sufre daños.
Cada vez es más frecuente la aparición de modelos en otros materiales (como resinas), que imitan la apariencia de la madera. Aunque tienen menor calidez, son mucho más sencillas de mantener y suelen ser menos costosas.
Tubulares
Son piscinas elevadas, en las que la estructura se construye con tubos de metal, los cuales se encargan de sostener la lona que conforma el cuerpo de la misma. Debido a la manera en que se sostienen, no permiten formas muy variadas, siendo generalmente redondas o rectangulares.
La lona se elabora de distintos materiales plásticos, los cuales determinan la resistencia y durabilidad de la estructura. Su estética no es muy variada, presentando hacia el exterior el armazón metálico que las sostiene.
Han sido diseñadas para desmontarse durante la época que no se utilizan, siendo relativamente sencillo hacerlo. Suelen ser bastante económicas, pero su durabilidad es mucho menor que piscinas de materiales más resistentes como la madera o el acero.
De acero
En los últimos tiempos, se han convertido en las más buscadas por los usuarios, debido a la diversidad de modelos disponibles y su durabilidad. Se construyen usando chapas de acero, las cuales vienen laminadas al frío, para darles mayor resistencia.
El revestimiento interior es de liner (capa muy delgada de PVC), que se coloca adherido a la chapa y garantiza la impermeabilización de la piscina. En SaforGuia nos comentan que las piscinas de acero son muy duraderas y su limpieza es muy sencilla, por lo que son una excelente opción.
En cuanto al aspecto exterior, la chapa se puede revestir con distintos materiales, como imitaciones de madera o piedra. Esto hace que se ajusten a distintos entornos y puedes conseguirlas en diversos tamaños y formas.
De resinas o composite
Dentro de las piscinas desmontables, se encuentran dentro de la gama más alta, debido a que combinan estética, durabilidad y fácil mantenimiento. El composite se fabrica a partir de la mezcla de resinas, virutas de madera, así como pigmentos y aditivos minerales.
Se logra un material altamente resistente, con un aspecto que recuerda la madera natural y soporta bien la acción de la radiación solar. En su interior, se coloca liner como revestimiento, por lo que tienen una buena estanqueidad.
Las piscinas de resinas se pueden colocar elevadas o semi enterradas y están disponibles en una gran variedad de formas y tamaños. No suelen sufrir daños por golpes, no tienen problemas con la humedad en la parte exterior, y requieren mucho menos cuidado que las piscinas de madera original.
De hormigón
Cuando piensas en este material, generalmente lo asocias a las piscinas de obra que van enterradas y requieren una instalación compleja. Pero, se han venido desarrollando nuevas tecnologías, con piezas de hormigón que son mucho más ligeras que las tradicionales.
Aunque no son muy comunes, tienen la ventaja de ser muy resistentes y con una vida útil que supera los 20 años. Son ideales cuando quieres instalar piscinas enterradas prefabricadas, requiriendo obras que no son muy complicadas.
También, hay modelos elevados en los que las piezas se van ensamblando hasta tener la estructura de la piscina. Son sencillas de limpiar, muy resistentes a distinta condiciones ambientales y versátiles en cuanto al tamaño.
Hinchables
Es el tipo de piscina desmontable más sencilla, pero también la menos resistente y duradera, ya que no cuentan con una estructura resistente que las sostenga. Para armarlas, únicamente requieres una bomba que sople aire a la parte interior de la misma.
Están fabricadas con materiales plásticos, siendo los más resistentes fibras sintéticas como el poliéster o el kevlar. Por lo general, suelen ser redondas para lograr una mayor estabilidad, aunque también hay modelos rectangulares.
Tienen la ventaja de que las puedes llevar contigo a cualquier lugar e hincharlas en una superficie plana, para usar de manera inmediata. Sin embargo, estás piscinas son muy susceptibles a sufrir roturas y su vida útil no excede los 3 años.