Las mejores etapas de los cruceros Vuelta al Mundo

Viajar en un crucero de Vuelta al Mundo es una experiencia única que combina la comodidad y el lujo de un barco con la oportunidad de explorar los destinos más impresionantes del planeta. Durante varios meses, embarcarás en un viaje que abarca múltiples continentes, culturas y paisajes. En esta guía te acompañaré por las etapas más destacadas de este fascinante recorrido, resaltando aquello que no puedes dejar de ver y vivir en cada destino.

Europa y el Mediterráneo
El inicio de tu aventura suele enmarcarse en las costas europeas. Ciudades como Barcelona, Roma o Atenas son puertos clave. En Barcelona, déjate envolver por la genialidad de Gaudí en la Sagrada Familia y pasea por las Ramblas. Si desembarcas en Roma, asegúrate de visitar el Coliseo y el Vaticano, donde sentirás el peso de la historia en cada rincón. En Atenas, el Partenón y las vistas desde la Acrópolis te recordarán el esplendor de la antigua Grecia. Europa es el preludio perfecto, combinando arte, historia y gastronomía de clase mundial.

Oriente Medio y Asia
Al cruzar el Canal de Suez, el barco se dirige hacia Oriente Medio. Dubái te impactará con sus rascacielos y el lujo extremo; no te pierdas el Burj Khalifa y las dunas del desierto. Desde allí, el crucero navega hacia Asia, deteniéndose en puertos como Mumbai, Singapur o Bangkok (fuente de la información: CantabriaEconomica). En India, el Taj Mahal es un símbolo eterno del amor, mientras que Singapur te fascinará con sus jardines futuristas en Gardens by the Bay. En Bangkok, explora el Gran Palacio y los templos que destellan en oro. Cada puerto asiático ofrece un choque cultural enriquecedor, una sinfonía de colores, sabores y tradiciones.

Pacífico y Oceanía
Después de Asia, el crucero se adentra en el Pacífico, haciendo escalas en destinos como Australia y Nueva Zelanda. En Sídney, fotografía la icónica Ópera y disfruta de Bondi Beach. Nueva Zelanda te cautivará con su naturaleza virgen; en Milford Sound, contempla fiordos y cascadas que parecen sacados de un sueño. Durante esta etapa, también puedes visitar pequeñas islas del Pacífico, como Bora Bora o Fiyi, conocidas por sus aguas cristalinas y arrecifes de coral. Oceanía es un encuentro directo con la naturaleza en su estado más puro y exuberante.

América
El siguiente tramo del viaje cruza hacia América, comenzando en Sudamérica. En Chile, los paisajes de la Patagonia son un espectáculo inolvidable, mientras que en Brasil, el Cristo Redentor en Río de Janeiro te dejará sin palabras. Navegando hacia el norte, América Central y el Caribe ofrecen playas paradisíacas en lugares como Costa Rica o las Bahamas. Finalmente, en Norteamérica, Nueva York destaca como parada obligada: la Estatua de la Libertad y Central Park son imprescindibles. América, con su diversidad geográfica y cultural, marca una etapa vibrante y emocionante del recorrido.

Regreso a Europa
La última etapa del crucero se enfoca en cruzar el Atlántico, una travesía que combina días de relax en el mar con visitas a las islas Canarias o Madeira antes de regresar al continente europeo. Estos días son perfectos para reflexionar sobre lo vivido, disfrutar del sol y prepararte para el retorno a casa. Es un cierre relajado y significativo, ideal para absorber las experiencias de este viaje transformador.